Una taza sobre la mesa, una orquesta en directo, un anfitrión carismático, un monólogo, humor y pensamiento crítico. Así se forjaron las bases del late night en Estados Unidos. Hoy, ese modelo nacido en la primera mitad del siglo XX se tambalea.
Donald Trump apaga las estrellas de la noche americana. El primero en caer fue Stephen Colbert. En julio de 2025 anunció que su programa llegaría a su fin. El presentador se enteró apenas la noche anterior y confirmó, entre abucheos del público, que la próxima temporada será la última.
La noticia llegó pocos días después de que Colbert criticara con dureza el pago de 16 millones de dólares que Paramount, matriz de CBS, realizó a Trump para zanjar una demanda. Aunque oficialmente la cadena alegó motivos financieros, la sombra de la presión política se extendió de inmediato.
Un mes y medio después, fue el turno de Jimmy Kimmel. El detonante: su monólogo sobre el asesinato del activista conservador Charlie Kirk. Kimmel denunció que seguidores de MAGA y aliados de Trump buscaban sacar rédito político de la tragedia. La respuesta de los republicanos fue contundente y, poco después, su programa se canceló.
Los índices de audiencia de estos espacios ya no son lo que eran, algo que Trump celebra. El presidente de Estados Unidos va más allá: apunta ahora a otros referentes del late night, como Jimmy Fallon, conductor de The Tonight Show, o Seth Meyers, al frente de Late Night with Seth Meyers. A esto se suma una nueva demanda contra The New York Times y un clima mediático cada vez más tóxico. ¿Estamos ante censura política o ante un cambio de modelo televisivo? ¿Cuáles son las verdaderas causas de la caída del late night? El análisis apunta a un ecosistema cada vez más polarizado, donde Fox News y programas afines al trumpismo ganan influencia mientras la televisión tradicional pierde audiencia.
Lo debatimos con Javier Sádaba, filósofo, profesor en Columbia y autor de Al final del viaje, publicado con Almuzara: “El poder no tolera la indiferencia ni la risa", sostiene. "La pérdida de humor es una pérdida de energía para la sociedad", advierte uno de los intelectuales de referencia de nuestro siglo. "La sátira es parte esencial de la ética”.
En este capítulo también participa Miguel Ángel Benedicto, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid, que evalúa el cambio de modelo televisivo: “Estamos ante el ocaso de un formato que marcó la agenda cultural y política de Estados Unidos. Benedicto cree que la polarización lo ha convertido "en un arma más dentro de la guerra cultural".
Los reyes de la noche están en crisis. En un ecosistema mediático cada vez más partidista, el público busca nuevas formas de informarse. El late night ya no reina en la conversación política.
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