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"Autofobia" es desasosiego, aunque a veces la autora nos invite entre líneas a sonreír. Es un audiolibro breve, nueve cuentos protagonizados por mujeres que parecen esconder un miedo secreto mientras nos cuentan otro

Ouka Leele Pintora, fotógrafa y poeta, en 1978 se trasladó a Barcelona para realizar la serie artística Peluquería. En 1987 expuso en la Bienal de São Paulo, realizó el montaje de La Cibeles con el mito de Atalanta e Hipómenes y el Museo Español de Arte Contemporáneo (Madrid) le dedicó una exposición retrospectiva. En 1988 se instaló en París para efectuar una serie de polaroids gigantes para la Fundación Cartier.

Unidos por la marca de la brevedad, se unen a esas dos docenas de reflexiones breves, una serie de historias de su tierra, de Riaza y del nordeste de Segovia, escritas de forma amena, en las que se percibe el cariño que le tiene a su entorno y el conocimiento de lo que dice y trata en sus relatos breves, dándole a estos el valor añadido de escribir con la paciencia y serenidad que da el convivir con las gentes de estas tierras, sin la urgencias a las que nos llevan estos tiempos cibernéticos.

Tony y Jack llevan años viajando por el mundo como exitosos músicos de rock. Se conocen muy bien. De hecho, se conocen más que bien y en ocasiones, como esa noche, Jack no puede evitar preguntarse qué tipo de relación mantienen realmente. Sabe que no están enamorados. Sabe que son grandes amigos. Y sabe que pasan veladas de sexo verdaderamente alucinantes.

Tony y Jack llevan años viajando por el mundo como exitosos músicos de rock. Se conocen muy bien. De hecho, se conocen más que bien. Pero esa noche Jack parece preocupado, hay algo que le da vueltas por la cabeza. Sin embargo, Tony sabe cómo transformar la noche en un festival de lujuria y diversión.

Las maravillosas memorias de Clarissa Ward, la reportera estrella de la CNN, que narró al mundo la caída de Kabul. Clarissa Ward es una reportera de guerra que ha ganado premios importantes por su trabajo cubriendo conflictos en Siria, Egipto, Afganistán, fue la periodista que cubrió la caída de Kabul. Tuvo una infancia privilegiada, pero prefirió ir a los frentes e informar de la cruda realidad de los conflictos, de una manera empática, cuenta las historias más difíciles.

Parece un viernes de invierno cualquiera; uno de tantos. Lourdes Ros, la carismática editora de una prestigiosa editorial, se prepara para recibir a sus mejores amigas, a las que ha invitado a cenar: cuatro mujeres triunfadoras que intentan conjugar su reconocida vida profesional con las preocupaciones derivadas de la edad, la pareja, los hijos o la pérdida del estatus social.

"Ella lo mira de cerca y de repente todo cobra sentido. Es un hombre comprando flores un viernes por la tarde. Está claro que ha quedado con una mujer. Tiene una cita y ahora necesita flores. ¿Quién mejor para ayudarle que su leal vecina que da la casualidad de que es florista?" Joanna es una joven florista dedicada en cuerpo y alma a su trabajo. Invierte todo su tiempo en cuidar de las flores y de sus hijos pequeños. Durante las últimas semanas ha estado vendiendo muchas flores a su vecino, Alex, un apuesto carpintero.

"Ella lo mira de cerca y de repente todo cobra sentido. Es un hombre comprando flores un viernes por la tarde. Está claro que ha quedado con una mujer. Tiene una cita y ahora necesita flores. ¿Quién mejor para ayudarle que su leal vecina que da la casualidad de que es florista?". Una vez más, el padre del bebé que va a dar a luz en unos meses, la deja plantada. Aunque ya no estén juntos, Jennifer no aguanta más los desplantes de Adrian. Se siente sola y desplazada. ¿Cuánto tiempo hace que no nota el tacto de otra persona sobre su piel?

"Sus manos se deslizan por su espalda y por encima de sus omóplatos antes de cambiar de dirección. Van hacia abajo, sus dedos rozan los lados de sus pechos y una oleada de placer la invade. Se aprieta contra él y coloca las manos alrededor de sus pechos mientras su boca se separa de la de ella."

Una novela más relevante que nunca, que acompaña el tránsito de una persona transexual hacia su identidad verdadera. En su viaje descubrimos un amor tan grande que es capaz de desafiar cualquier convención social, una personalidad tan pura que ningún cuerpo puede contenerla, y una novela que no deja indiferente a quien la lee.

"Pronto termino ante la puerta oxidada de nuevo y me quedo mirando el pomo. Inspiro y expiro. Puedo hacerlo. No quiero que Daniel sea la última persona con la que me haya acostado. Si él ha pasado página, yo también lo haré... y con muchas personas. He leído sobre lo que hay tras esas puertas. Un mundo nuevo entero. Y estoy lista para entrar en él."

"De repente, sus manos están por todas partes sobre su cuerpo y ella se acuesta en el sofá con él encima. Gime y se presiona contra él. Él arrima sus caderas contra las suyas y puede sentir lo duro que está bajo los vaqueros. Le desabrocha los pantalones y se los baja junto con las bragas. Él también se desviste y entonces ya no hay nada que les separe."

"Sus labios se acercaron a la oreja de Henrik. Este sintió unos escalofríos que le bajaron por la espalda. Asintió. Giró la cabeza hacia ella cuando oyó a Gustaf tocar a Vanessa, que respondió en voz baja. Una pausa. Los labios de hielo de Jennifer se toparon con los suyos. Jennifer emanaba un dulce aroma". Vanessa y Henrik continúan su estancia en el hotel de hielo, aunque apenas tendrán tiempo para descansar. Jennifer y Gustaf, los anfitriones, les acompañarán en un recorrido por las salas más emblemáticas del hotel. Y las más picantes.

Aimee Sinclair: la actriz que todo el mundo cree conocer, pero no recuerda de dónde. Pero hay alguien que sabe exactamente quién es. Alguien que sabe lo que ha hecho. Y la está observando. Cuando Aimee llega a casa y descubre que su marido ha desaparecido, no parece saber qué hacer ni cómo actuar. La policía cree que ella está ocultando algo y tienen razón, lo está, pero tal vez no lo que pensaban. Aimee tiene un secreto que nunca ha compartido y, sin embargo, sospecha que alguien lo sabe.

A la salida del colegio Víctor y sus amigos Patricia, Lucas y Matías admiran el escaparate de la nueva tienda del barrio. Admirar es la palabra correcta, porque saben que lo único que pueden hacer es mirar desde afuera del cristal, con impotencia y frustración. No pueden comprarse nada pese a que cada uno de ellos jura que en su casa "realmente lo han intentado todo".

"Esa noche, cuando iba de camino a casa desde el teatro, donde se había pasado las últimas dos horas viendo cómo actuaban otras personas, vio que el apartamento de Ulrik en el distrito de Østerbro tenía las luces encendidas. Tenía el manuscrito en el bolso y, de repente, sintió un deseo vehemente de verlo. Le encantaba sentarse en su sala de estar y que él se sentase en el sillón y la corrigiese atentamente mientras ella andaba hacia delante y hacia atrás frente a él y le mostraba su progreso. Casi sin darse cuenta, tocó el timbre con un dedo".

"Henrik tomó aire. Las piernas de Vanessa estaban ligeramente separadas y él pudo ver que su abrigo de piel se deslizaba hacia arriba dejando al descubierto su muslo. Sus ajustados jeans. Lo vio todo a través de la superficie helada. El hielo hacía que las marcas de sus piernas y su piel brillaran como leche cristalizada".

"Empezó a leer la nota y cuando leyó las primeras palabras, su cuerpo se tensó. Se inclinó hacia delante y leyó con más atención. Todavía tieso como un palo. Y de repente se sintió totalmente sobrio. Y excitado". Josephine y Pierre se van a casar dentro de poco. Ella ya celebró su despedida de soltera, en la que sus hermanas la incitaron a que compartiera su mayor fantasía sexual en un papel; solo de pensarlo se muere de vergüenza. Esta noche es la despedida de Philip y sus amigos le preparan un desafío.

Es Nochebuena. Noche de paz y amor. Noche de villancicos y alegría. Noche de bondad y felicidad... Maravilloso, ¿verdad? Pues lo sería si no fuese porque también es noche de reuniones familiares, y no precisamente de la familia que le gusta a Víctor. Sus abuelos se han ido al Caribe a pasar su segunda Luna de miel por lo que, esta noche, toca visita a casa de las tías. Y por supuesto también estarán los pesados de sus primos y hermanos mayores que siempre están metiéndose con él. ¡¡¡Menudo rollo!!!