Aunque seamos diferentes en un millón de cosas, ante Dios y la vida nacemos iguales en un aspecto, aunque luego la vida nos confronte a diario para tratar de cambiarnos.
Aunque seamos diferentes en un millón de cosas, ante Dios y la vida nacemos iguales en un aspecto, aunque luego la vida nos confronte a diario para tratar de cambiarnos.