La negación de Pedro se encuentra relatada en los cuatro Evangelios (Mateo 26:69–75, Marcos 14:66–72, Lucas 22:54–62 y Juan 18:15–27). Este evento sucede después del arresto de Jesús en Getsemaní.

Jesús ya le había advertido a Pedro:

“Antes que el gallo cante, me negarás tres veces” (Mateo 26:34).

Pedro, muy seguro de sí mismo, había dicho que nunca lo haría, incluso si tenía que morir con Él. Pero cuando llegó el momento, sucedió lo que Jesús había predicho.

1. Primera negación: Una sirvienta le dice que lo había visto con Jesús. Pedro lo niega diciendo: “No sé de qué hablas”.

2. Segunda negación: Otra persona lo reconoce, pero él lo niega con un juramento.

3. Tercera negación: Alguien más insiste en que él es galileo y debe haber estado con Jesús. Pedro comienza a maldecir y jura que no lo conoce.

Entonces el gallo canta... y Pedro recuerda las palabras de Jesús.

Pedro lloró amargamente (Mateo 26:75). Fue un momento de profundo arrepentimiento. No solo porque falló, sino porque amaba sinceramente a Jesús y se dio cuenta de su debilidad.

1. Todos podemos fallar, incluso los más comprometidos.

2. El orgullo espiritual puede cegarnos (Pedro estaba seguro de que nunca fallaría).

3. El arrepentimiento es clave: Pedro lloró, se quebrantó, y eso lo llevó a la restauración.

4. Jesús no lo rechazó: Después de su resurrección, Jesús restauró a Pedro con amor (Juan 21:15-17), dándole la oportunidad de reafirmar su amor por Él tres veces, como había negado tres veces.