El sector de las criptodivisas cierra el año con señales mixtas: un arranque eufórico protagonizado por el rally del Bitcoin y el impulso de las stablecoins, seguido por una pérdida de tracción ante el auge de la inteligencia artificial y un marco regulatorio aún incierto. Expertos analizan aciertos y desafíos.

El organismo presiona al Gobierno de Javier Milei para que incremente sus reservas de divisas poco antes de que la nación tenga que cumplir el objetivo acordado con el organismo para cerrar el año. A pesar de la acción, el Fondo Monetario Internacional reconoce los avances económicos de la nación sudamericana, especialmente en materia de inflación y reducción de la pobreza.

En una rueda de prensa, la portavoz del Fondo Monetario Internacional (FMI), Julia Kozack, instó a Argentina a incrementar sus reservas de divisas, un mecanismo que para muchos expertos no es más que una presión para que el ministro de Economía, Luis Caputo, compre más reservas.

"Las políticas monetarias y cambiarias deberán respaldar una trayectoria más ambiciosa de acumulación de reservas para crear reservas adecuadas en Argentina. Esto ayudará al país a afrontar mejor los shocks y también facilitará un acceso oportuno a los mercados internacionales de capital", dijo la portavoz.

No obstante, el gobierno argentino reconoce que asumir la medida representa un riesgo de volver a una crisis cambiaria, una situación que impactaría en el precio del dólar y ello también generaría una alteración de la inflación.

Las palabras de Kozack se producen un día después que el ministro Luis Caputo informara que Argentina estaba cerca de entrar a los mercados internacionales. Adicionalmente, destacó que la compra de divisas para fortalecer las reservas se llevará adelante sin provocar volatilidad cambiaria.

"Queremos comprar reservas de manera inteligente, de manera que no se genere volatilidad en el mercado de cambios, ni inflación. La mejor forma de hacerlo es que esté acompañado de un incremento en la demanda de dinero", afirmó Caputo.

Argentina estuvo cerca del colapso financiero a finales del mes de septiembre, cuando un resultado electoral adverso a Milei provocó el nerviosismo de los inversores. No obstante, un salvataje emitido por el Gobierno de Estados Unidos a través de una línea swap por un valor de USD 20.000 millones, y que podría llegar a USD 40.000 millones, contuvo la crisis.

Entretanto, el Banco Central de la República deberá terminar el año con un balance de reservas neto negativo de USD 3300 millones, flexibilizado en agosto, para cumplir con el acuerdo del FMI.

Con EFE, FMI y medios argentinos

El presidente estadounidense Donald Trump afirmó que podría dejar que expirara el actual acuerdo comercial que su país mantiene con México y Canadá para establecer un nuevo pacto con ambas naciones. Si bien el tratado fue reestructurado durante su primer mandato, el republicano ha mostrado su oposición al mismo tras su regreso a la Casa Blanca.

Donald Trump, fiel defensor del proteccionismo y la imposición de aranceles, no ha ocultado su desagrado al acuerdo comercial que Estados Unidos mantiene con México y Canadá, el cual le ha permitido, tanto a la Unión Americana como a sus socios, fortalecerse económicamente.

El actual T-MEC deriva del antiguo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA por sus siglas en inglés), firmado en 1994 por George Herbert Walker Bush, miembro del Partido Republicano, pero al que Trump decidió modificar durante su primer mandato.

"Expira en aproximadamente un año y lo dejaremos expirar o, bueno, tal vez lleguemos a otro acuerdo con México y Canadá. Pero mira, México y Canadá se han aprovechado de Estados Unidos como casi todos los demás países, para ser justos. No son ellos, no los culpo, son todos los países porque teníamos gente estúpida al mando. Por eso tenemos una deuda de 38 billones de dólares", afirmó Trump a los periodistas en la Casa Blanca.

Además de denunciar las supuestas ventajas competitivas que han sacado México y Canadá a partir del pacto, Trump ha mostrado su rechazo al acuerdo al indicar que es responsable del declive industrial de la Unión Americana.

"Fue un desastre. Vamos a necesitar el apoyo del Congreso para acabar con ese acuerdo, que es el peor de nuestra historia", aseveró Trump el pasado 1 de julio al ser consultado en el marco del quinto aniversario de la firma.

No es la primera vez desde su regreso a la Casa Blanca que Trump apunta a dinamitar el T-MEC. En octubre pasado dejó sobre la mesa la posibilidad de firmar tratados bilaterales con ambas naciones, algo que fue rechazado por la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum.

Desde su firma, el T-MEC mejoró mucho la economía de todos los involucrados. De acuerdo con cifras oficiales, el comercio se multiplicó por seis, al tiempo que se crearon millones de empleos en los tres países.

Por otro lado, con miras a la revisión obligatoria prevista para el próximo año, que podría derivar en el fin del tratado o su extensión, en Washington se están llevando a cabo audiencias públicas donde los comentarios serán analizados en posteriores consultas de cara a la revisión.

Con Reuters y medios estadounidenses