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サマリー
あらすじ・解説
Hoy estaremos leyendo 1 Samuel 5 y 6, Juan 16 y 17 y el Salmo 75:1-5. Después de haber capturado el arca del pacto, los filisteos la colocan en el templo de su dios Dagón. Pero en 1 Samuel 5:3, ocurre algo sorprendente:
“A la mañana siguiente, cuando la gente de Asdod fue a ver, Dagón había caído con el rostro en tierra delante del arca del Señor” (NTV).
Dios no necesita que lo defiendan. No necesita el poder de hombres o ejércitos. Su gloria es invencible. Luego, plagas y enfermedades azotan a los filisteos hasta que deciden devolver el arca a Israel.
En 1 Samuel 6, los filisteos reconocen que fue la mano de Dios quien los castigó y envían el arca de regreso, junto con una ofrenda de culpa.
Reflexiona: ¿Estás tratando de controlar o manipular a Dios para tus fines? Él no se deja usar. Él es soberano y santo. Lo que Él quiere es tu rendición, no tu manipulación.
En Juan 16, Jesús prepara a sus discípulos para el dolor que viene. Les promete el Espíritu Santo, quien los guiará a toda verdad. Y en Juan 16:33, les deja una declaración poderosa:
“Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo.” (NTV)
Jesús no promete una vida sin problemas. Promete victoria en medio de ellos.
En Juan 17, Jesús ora. Es una de las oraciones más íntimas registradas en la Biblia. Ora por su glorificación, por la unidad de sus discípulos, y también por nosotros, los que creeríamos en Él a través de su mensaje. En verso 17, pide:
“Hazlos santos con tu verdad; enséñales tu palabra, la cual es verdad.”
Y en el verso 21 clama por unidad:
“Te pido que todos sean uno, así como tú y yo somos uno.”
Reflexiona: ¿Estás buscando una vida sin conflictos o una vida llena del Espíritu en medio de los conflictos? ¿Estás viviendo en unidad con otros creyentes como Jesús oró que viviéramos?
El salmista nos recuerda que el ascenso o la caída de alguien no viene de la suerte ni de la manipulación humana. En verso 6–7, dice:
“Pues ni de oriente ni de occidente, ni del desierto, viene la exaltación. Es Dios quien juzga; a unos humilla y a otros exalta.” (NTV)
Dios tiene el control absoluto de quién sube y quién baja. Él mira el corazón y promueve a quien permanece humilde y fiel.