A nivel ontológico, del ser o de nuestra existencia, la crisis existencial se manifiesta como nihilismo o pérdida de los fundamentos últimos de la realidad, que conduce a un sentimiento de vacío y falta de propósito. Relacionado con esto, el profesor Luis Sáez Rueda utiliza el concepto deagenesia, que significa incapacidad de crear, y que aplicacolectivamente a la falta no solo para crear a escala social sino también para autocomprendernos creativamente, como creadores y, por tanto, artífices de la realidad. Como, precisamente, mantengo en el primer volumen de mi Tratado Existencial (Animal de realidades) y cada vez se corrobora más: desde la perspectiva evolutiva, es decir, de la vida y del universo conocido, la creatividad es nuestra seña, esencia o característica identitaria y definitoria como especie e individuos. Para este autor la agenesia es impulsada por dinamismos que funcionan como automatismos, independizados de la voluntad humana y que se imponen a ella. Sáez Rueda identifica a este respecto tres poderes “ciegos” principales: • El capitalismo: funciona de forma automática, autorregulándose e imponiendo su lógica, limitando nuestra capacidad de transformar globalmente nuestras circunstancias. • La racionalidad procedimental: la tendencia en Occidente a convertir todos los procesos vitales en procedimientos (p. ej.: la burocracia), buscando reglas para la autocreación, lo cual parece una contradicción existencial. • El espíritu de cálculo: relacionado con la racionalidad de los procedimientos y la búsqueda de cuantificación y optimización en todos los ámbitos de la vida. Es decir, el capitalismo, la racionalidad procedimental y elespíritu de cálculo son o actúan como fuerzas autónomas quelimitan nuestra capacidad creativa, según este profesor y autor. Y la agenesia se manifiesta entonces como la “organización del vacío”. Es decir, en lugar de abordar el vacío existencial, nos embarcamos en una actividad intensa y vertiginosa, que no busca cambiar cualitativamente sino simplemente administrar o huir del vacío. Como ilustra el cuento de Kafka sobre el topo, que hace y deshace frenéticamente galerías para, en definitiva, no moverse delmismo sitio en que estaba. Esta alegoría, magníficamente aplicada por la personaentrevistada en ERES (Radiosapiens), refleja muy bien la paradoja actual de la hipercomunicación que, chocantemente, nos lleva a un mayor aislamiento personal y a un vacío existencial. Concluyendo también que la tecnología, la información sin comprensión y la malarelación con la naturaleza se identifican como factores quecontribuyen a este vacío. Por si no fuera existencialmente suficiente, la crisis ecológicarevela nuestra actitud de dominar la Tierra en lugar de habitarla. Y considerarla como un objeto a nuestra disposición para ser explotado, aniquila nuestra esencia y nuestra relación con el planeta como un espacio existencial. Así, la degradación de la Tierra es o supone una pérdida de vínculo con el ser, una desconexión ontológica. La tecnología como alternativa vital, la información sincomprensión, creernos dueños del planeta y nuestra mala relación contra la naturaleza nos estén llevando a ese vacío existencial que está impactando negativamente en nuestras vidas. Esto no nos conecta con la realidad sino todo lo contrario, obvia y destroza nuestra esencia. Con sus propias palabras, somos una “pregunta viviente”, precisamente porque no sabemos quiénes somos, tanto a nivel colectivo como individualmente. En la entrevista también abordamos el papel de la filosofía como una herramienta valiosa para comprender nuestra existencia y las patologías de la civilización, pero la agenesia parece que también actúa para separar de la sociedad esta rama ancestral y válida delsaber, cuando está claro es que no se trata de acumular información, sino de manejar adecuadamente contenidos conceptuales para pensar. Esto es, una utopía en los tiempos actuales.