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サマリー
あらすじ・解説
A veces nos sentimos atrapados, como en una tierra extraña, sin ganas de cantar, sin fuerzas para adorar. Pero incluso en medio del dolor, la pérdida o la frustración, aún somos hijos de Dios. Aún tenemos su Espíritu, su poder, su amor. Y cuando levantamos nuestra voz, algo se rompe: las cadenas caen, los muros ceden y el cielo responde. No dejes que el cautiverio apague tu canto, porque en tu adoración está la libertad.