103 De_Aarón_a_Cristo__La_Reconciliación_Perfecta_y_su_Impacto_en_T.mp4
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103 De_Aarón_a_Cristo__La_Reconciliación_Perfecta_y_su_Impacto_en_T.mp4
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Levítico 16:6
Y hará traer Aarón el becerro de la expiación que es suyo, y hará la reconciliación por sí y por su casa.
Limpiados por Cristo.
El texto de hoy nos sitúa en el Día de la Expiación, uno de los momentos más solemnes para Israel.
Aaron, antes de interceder por el pueblo, debía presentar un sacrificio por sí mismo y por su casa y pese a ser el líder espiritual, también era un hombre que necesitaba perdón.
La enseñanza es clara: nadie puede acercarse a Dios sin ser reconciliado previamente con Él.
Necesitamos ser limpios y restaurados para poder presentarnos delante de Dios, así como para ayudar a los demás.
Hoy nosotros no llevamos un becerro ni seguimos estos ritos, porque tenemos a Cristo, el Sumo Sacerdote perfecto, que no necesitó ofrecer sacrificio por sí mismo, ya que el mismo era perfecto Santo y Puro, tal y como dice Hebreos 7:26-27: "Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo"
Él es nuestra reconciliación, tanto para nuestra vida personal como para nuestro hogar y esto
tiene que reflejarse en todas las áreas de nuestras vidas, pudiendose ver claramente
que Cristo es el centro de nuestra familia y que vivimos reconciliados los unos con los otros y con con los de afuera.
Mira tu corazón: antes de servir o ministrar, busca la reconciliación con Dios.
Cuida tu casa: no descuides tu vida espiritual familiar, porque tu hogar también necesita ser presentado ante el Señor.
Descansa en Cristo: Él ya hizo el sacrificio perfecto; confía en que en Él tienes acceso libre al Padre.
¿Lo harás? Es tiempo de reconciliación paz y perdón.
Oración: Ven delante de Dios y dale gracias por Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote y por su sacrificio perfecto. Pídele que te ayude a vivir en esa Paz que solo Dios nos da. Dios te bendiga. ¡Que tengas un buen día! Amén. DTA
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