En este episodio exploramos una de las verdades más profundas de la fe bíblica: el Dios de Israel no fue creado por la imaginación humana, sino que se reveló en la historia.
Mientras las antiguas civilizaciones inventaban dioses para explicar el sol, la lluvia o la guerra, el Dios verdadero se presentó como “Yo soy el que soy”, el Eterno que existe por sí mismo y que llama al hombre por su nombre.

Acompáñame a reflexionar sobre la diferencia entre los dioses fabricados por las culturas y el Dios que desciende para hablar, redimir y transformar.
Desde Abraham hasta Cristo, veremos cómo su revelación trasciende el mito, la cultura y el tiempo, invitándonos a vivir en santidad y verdad.

En este episodio reflexionamos sobre el nombre de Dios y el profundo respeto que merece. A lo largo del tiempo, el nombre divino —representado por las cuatro letras YHWH— fue malinterpretado, dando origen a formas como Jehová o Yahweh. Sin embargo, el sonido original se perdió, y con él la certeza de cómo Dios quiso que lo pronunciáramos.

A la luz de las Escrituras, descubrimos que los profetas, los apóstoles y el mismo Señor Jesús se refirieron a Dios como Señor, no por descuido, sino por reverencia.

Una vida transformada se nota. En este episodio de Stop and Pray, hablamos de tres frutos visibles del evangelio: una fe constante, una pureza valiente y buenas obras que glorifican a Dios. Basado en 1 Timoteo 4:12 y Tito 2:7, este mensaje te desafía a vivir tu fe con profundidad, santidad y acción. Escúchalo y deja que Cristo dé fruto en ti.