『Post Apocalipsis Nau』のカバーアート

Post Apocalipsis Nau

Post Apocalipsis Nau

著者: Post Apocalipsis Nau
無料で聴く

このコンテンツについて

Vivimos en un régimen de distopía totalitaria militar burocrático, dice el periodista gallego Manuel Rivas. Tecnología, redes y realidad se encuentran imbricadas y fusionadas. Con el lema "la red para quien la trabaja" iniciamos este programa en Radio Vallekas, donde estudiaremos las relaciones de poder entre la tecnología, lo virtual y la sociedad civil.© 2025 Post Apocalipsis Nau
エピソード
  • PAN 06x08 Trámites imposibles en aplicaciones defectuosas
    2025/09/04
    Un carrusel de Feeds N Chips, veraniego, con mucho cachondeito y poco trabajo a la espalda, en el que empezamos hablando del divorcio de Elon Musk y Donald Trump, tecnologías de espionaje usadas en EEUU para servir a las nuevas leyes de deportación de migrantes, orcas que practican el skincare y cómo hemos hackeado la IA de un oyente. Pedir cita en el médico, comprar los billetes de tren, poder acceder a una piscina en Madrid o coger la bicicleta eléctrica en la capital del reino. Estas son algunas de las actividades que, cada vez más, exigen tener una aplicación para poder hacerlas. Repasamos algunas malas experiencias cotidianas tratando de hacer trámites imposibles por culpa de aplicaciones defectuosas. Además, como siempre, te mantenemos al día de la fiscalización del uso de centros de datos, la estructura física de internet y su coste ecológico en el Mediterráneo. Han sonado en el programa: - Elías e Ignacio. Sangría - Le Parody. Un remedio - Varios artistas. Risen in Okinawa - Alien. Granada
    続きを読む 一部表示
    1 時間 26 分
  • PAN 06x07 Sangre en la máquina, ludismos del futuro pasado con Proyecto UNA
    2025/06/12
    Año 2087, luna quinta, sol veinticuatro Erre ha salido de su cubículo casa en Capital Nuevo Norte por la escotilla que da a la fachada donde, como siempre, la espera la pasarela desplegada por el dron de transporte público de Amazon. La escotilla del piso 57 se cierra en cuanto la cruza para no contaminar con partículas del exterior la atmósfera programada domóticamente. El dron la desplaza suavemente hacia su cubículo de trabajo, formando parte del enjambre de la miríada de insectos de metal que cruzan el espacio entre los rascacielos. Un vacío atravesado por innumerables lineas que solo pueden ver los drones. Desde hace 10 años Capital Nuevo Norte es una ciudad 15 minutos. Nadie tiene que desplazarse más de este tiempo para trabajar o disfrutar de los placeres que la urbe ofrece. Todo el mundo se desplaza entre cubículos gracias a los drones que se orquestan mediante complejos algoritmos, en una sinfonía cambiante y eléctrica. Nunca es la misma, pero siempre suena parecida. Los drones autónomos son muy convenientes. Te llevan a dónde quieras de la ciudad en menos de quince minutos y puedes resolver pequeñas tareas durante el transporte, permitiéndote salvar tiempo. Erre lleva tiempo en un plan de micro-desconexiones del feed que le ha recomendado su terapeuta. Mira a través del cristal del dron que la transporta. Imagina los innumerables cálculos simultáneos que suceden para que todo ese caos incierto de vehículos en el que está envuelta sea, en realidad, un orden casi perfecto. Agarrando las ganas de consultar sus mensajes, correo, medios o redes, respira hondo como la ha enseñado el terapeuta. Mirar el enjambra es una meditación. Pero entonces se detiene y olvida las instrucciones. Sus ojos detectan algo que jamás había visto antes. Por primera vez en su vida descubre algo que retiene sus retinas, colores que se clavan como garras en su atención. Colores que no ha visto nunca. En la pared, letras y un mensaje: “Esto que estás viendo es vandalismo. Seguramente desaparezca pronto. Esto es una invitación para jugar. Una invitación secreta para ti, que tienes tiempo de mirar las paredes. Te invitamos a una fiesta especial. Tan solo tienes que acudir a la plaza de Estación Este-Norte, en el nivel de suelo número siete, la próxima luna sexta, sol segundo, al atardecer. Te esperamos”. Aquellas letras en un color innombrable brillante estaban firmadas por la Capitana Ludi. Año 2087, luna octava, sol quinto Erre está en su cubículo. Le gusta cómo suena el repiquetear de sus dedos con la máquina del mercado de recicles que ahora visita casi cada semana. Estaba ahí, fuera de las lineas invisibles, de las rutas preprogramadas de los drones. Junto con toda aquella población que nunca había visto antes. La ciudad en realidad no era una ciudad. Eran varias ciudades superpuestas, entramadas. ¿Cuántas eran? ¿Cinco, seis? ¿Doce? Ni siquiera los luditas lo sabían. Pero las ciudades y sus habitantes se desconocían entre sí porque sus rutinas programadas impedían que se cruzasen sus caminos. Desde su máquina, el primer dispositivo que maneja que no está conectado a la red, Erre se divierte. Juega con las tipografías y diseños en la plantilla que está preparando para su primer grafiti. Su índice de productividad está bajando, al igual que sus ingresos, pero su capacidad de atención ha mejorado, duerme mejor y ya no tiene que hacer microsesiones de desconexión. Tiene cosas que le importan entre manos. Entrar a las filas de Ludi ha dado un ángulo de sentido y, aire, sobre todo aire, a su vida. Secretamente, de mano en mano en parques y mercados, a través de redes privadas en ordenadores sin conexión a la gran internet, se intercambian fragmentos de una historia perdida, pero que aparenta ser tan antigua como la propia humanidad. La historia de quienes se resistieron a dejarse controlar y aplastar por las tecnologías. Su propósito, sabotear la máquina, domesticarla, hacer que deje de ser una trituradora de vida, empieza por reclutar a más y más personas para que se unan a las luditas. Por supuesto, aquello era solo el principio, después vendría mucho más. Siente una comunión especial, casi mística, cuando lee textos del pasado. Para su primer grafiti ha elegido cuidadosamente los colores, estuvo meditando y probando durante horas en el bazar hasta que encontró los espráis que cree que más llamarían la atención. También ha elegido cuidadosamente las palabras. Son de Chris Smalls, que formó el primer sindicado contra Amazon y ganó las primeras batallas contra la big tech. Las lee de nuevo y se le dibuja una sonrisa cuando las imagina brillando en los muros de la ciudad: “Vas a tener que enfrentar las peores tácticas, te encerrarán, te multarán, te demonizarán, te harán dudar de ti, serás bombardeada con propaganda, te aislarán completamente. Si estás dispuesta a dar el paso, más vale que crees una base sólida de cuidados en la que...
    続きを読む 一部表示
    2 時間 29 分
  • PAN 06x06 Tecnologías de fronteras y rescates marítimos
    2025/05/09
    El viento golpeaba las olas, que rompían con fuerza contra el casco. No se veía tierra por ningún lado, solo agua y cielo. A juzgar por el maltratado GPS principal y el de soporte, conectado a una placa programable y alimentada por batería solar, estarían cerca de los límites fronterizos entre dos países. Se hacía difícil imaginar una gigante línea inamovible, delimitando, bajo kilómetros de agua, arena, roca y vida. La ocupante echó un vistazo casi intuitivamente a las cajas llenas de alimento, agua y botiquines, listas para asistir a un grupo de personas, que cabalgaban las mismas olas que ella y su equipo, pero unos kilómetros más arriba o más abajo de esa línea imaginaria bajo el mar. En ocasiones como aquella, le parecía un constructo de lo más ridículo. Por fin llegó un aviso por radio y todo el equipo se puso en marcha con sincronización y gravedad. Los minutos pesaban y ahogaban, pero no debían paralizarles, tenían que llegar antes. Había repetido los mismos movimientos y actuado bajo la misma prisa varias veces, y sus músculos habían aprendido el gesto y funcionaban por su cuenta, pero siempre pesaban. El mismo viento azota otra embarcación. Incluso una pequeña ola rompiendo en su estructura parecía, a esas alturas, una amenaza. No había tierra alrededor, solo agua. Y cielo. Quizás si habría tierra, y solo se escondía detrás de la deshidratación y el miedo. Era imposible imaginar donde habría una línea trazada bajo el mar entre las rocas, que informase de que estaba en otro mundo. La imagen de un cuerpo partido por una línea imaginaria mientras cruzaba esa frontera le daba vértigo. Hogar e incertidumbre, miedo y esperanza, a la vez peligro y cansancio, fuerza. Tantas emociones no cabían y sin embargo allí estaban. No se veía tierra, solo agua. Agua y mar, cielo. Nubes, olas, agua, un barco. Espera, ¿un barco? Mensajes que van y vienen, rebotan de una radio a otra. El sonido está envuelto entre el ruido del mar, que ya era ruido blanco. Al fondo, al horizonte, se ve tierra. El agua entra en el cuerpo, fría. No hay tregua, más que unos breves minutos en los que la realidad está aún por caer. Mar, cielo, agua, sal y, ahora, tierra. En este episodio hablamos con Juan, trabajador de SeaWatch, una ONG que se dedica a rescatar embarcaciones de migrantes en el Mediterráneo. Como administrador de sistemas, nos habla sobre la vida en el mar y la parte de infraestructuras tecnológicas en estas misiones. También contamos con la presencia de Carlos Lancho, miembro de AlgoRace que nos presenta el informe Tecnología digital para el control migratorio en la frontera sur de España, donde ahondamos en la materialización de las inversiones en control de fronteras en nuestro país. En este programa han sonado: Sarah Haras- The consecuences of my own actions María Peláe - La niña JPN kasai - hayanae uta Papaphilia - no path is forged over the abyss
    続きを読む 一部表示
    1 時間 49 分
まだレビューはありません