La vida espiritual no se trata solo de momentos de oración o devoción, sino de aprender a vivir cada día en comunión con Dios. El Padre Mariano de Blas, LC, nos ofrece orientaciones prácticas: cultivar la oración constante, la humildad, el perdón y la caridad; escuchar la voz de Dios en el silencio; y permitir que su amor transforme nuestras decisiones y relaciones. Estos consejos nos ayudan a crecer en fe y a ser verdaderos instrumentos de paz y amor en el mundo.

La vida espiritual no se trata solo de momentos de oración o devoción, sino de aprender a vivir cada día en comunión con Dios. El Padre Mariano de Blas, LC, nos ofrece orientaciones prácticas: cultivar la oración constante, la humildad, el perdón y la caridad; escuchar la voz de Dios en el silencio; y permitir que su amor transforme nuestras decisiones y relaciones. Estos consejos nos ayudan a crecer en fe y a ser verdaderos instrumentos de paz y amor en el mundo.

Colocar a Jesús en el centro significa que cada pensamiento, acción y decisión se orienta hacia Él. El Padre Mariano de Blas, LC, nos recuerda que solo desde esta centralidad podemos vivir con paz, amor y coherencia, convirtiéndonos en verdaderos instrumentos de Su gracia en el mundo. Cuando Jesús guía nuestra vida, todo adquiere sentido y cada desafío se transforma en oportunidad de crecer en fe y servicio.

Ser auténtico significa vivir con verdad y coherencia, sin máscaras ni falsedades, dejando que nuestra fe y nuestros valores guíen cada acción. El Padre Mariano de Blas, LC, nos recuerda que Dios nos llama a ser hombres y mujeres auténticos, capaces de reflejar Su amor y Su paz en la vida cotidiana, y de inspirar a otros con un testimonio genuino y sincero.

Ser cristiano no es solo pertenecer a una comunidad ni cumplir rituales; es vivir con convicción cada día, dejando que la fe guíe nuestras decisiones, palabras y acciones. El Padre Mariano de Blas, LC, nos invita a asumir nuestra fe con valentía y coherencia, siendo testigos del amor de Dios en cada gesto, y mostrando al mundo que creer transforma tanto nuestro corazón como el de quienes nos rodean.

Vivimos tiempos en que la incertidumbre toca muchos corazones. San Francisco nos invita a ser portadores de una fe viva, que ilumine la oscuridad de la duda. El Padre Mariano de Blas, LC, nos recuerda que creer no es tener todas las respuestas, sino confiar en el amor de Dios incluso cuando no comprendemos el camino. La fe que compartimos puede ser la luz que otros necesitan para volver a creer.

Estas palabras resumen el anhelo más profundo del corazón cristiano: ser canales del amor de Dios en medio del mundo. El Padre Mariano de Blas, LC, nos recuerda que la paz no es solo ausencia de conflicto, sino presencia de Dios en nuestras acciones, en nuestras palabras y en nuestra mirada. Ser instrumento de Su paz es dejar que Él actúe a través de nosotros.

San Francisco nos enseña que el perdón no es debilidad, sino fortaleza del alma. Es elegir la paz cuando el corazón quiere venganza, es sanar en lugar de herir. El Padre Mariano de Blas, LC, nos invita hoy a mirar a quienes nos han ofendido con los ojos de Cristo, y a responder con misericordia, sabiendo que el perdón libera primero a quien perdona.