Detrás de cada abrazo, cada palabra de aliento y cada gesto de cuidado, hay manos que acompañan en silencio. En este episodio final de temporada, celebramos el alma de El Nido: sus voluntarios y voluntarias.

Personas que decidieron estar, escuchar, tender la mano y construir vínculos reales con las madres adolescentes. Hablamos con quienes, desde el corazón, han hecho parte de esta comunidad de afecto y transformación. ¿Qué los motivó? ¿Qué aprendieron? ¿Qué significó para ellos?

Este episodio es un homenaje a quienes sostienen, inspiran y confirman que acompañar también es una forma de sanar.

Gracias por estar. Gracias por ser parte. Gracias por sostener nuevas alas.

En un mundo donde los cuerpos reciben más likes que las ideas, muchas niñas y adolescentes están creciendo bajo la presión de mostrarse, gustar y encajar. Las redes sociales, lejos de ser solo espacios de conexión, también pueden convertirse en vitrinas donde la imagen vale más que la persona.

En este episodio hablamos sobre la hipersexualización en internet, cómo afecta la autoestima, la percepción del cuerpo y las relaciones de las adolescentes. Conversamos sobre los estereotipos que circulan en redes, la sobreexposición, la validación externa y cómo todo esto puede influir en decisiones que marcan la vida.

Una reflexión necesaria para acompañar, educar y proteger sin juzgar.

🕊️ Porque un “like” nunca debe definir el valor de una niña. Su voz, su historia y su dignidad valen mucho más.

En la vida de muchas madres adolescentes hay relaciones que no fueron lo que parecían ser. Vínculos que se formaron en medio de la confusión, la ilusión, la falta de orientación o simplemente por no saber decir “no”.

En este episodio de Nuevas Alas: Las voces del Nido, abrimos una conversación honesta sobre aquellas relaciones que, aunque comenzaron con afecto o interés, no siempre fueron saludables o justas. Hablamos sobre el contexto, las emociones, las decisiones, y cómo el acompañamiento oportuno puede hacer la diferencia.

Una invitación a mirar el pasado sin culpa, a comprender con más claridad, y a construir relaciones futuras desde el respeto, la autonomía y el cuidado mutuo.

Porque toda experiencia vivida merece ser entendida, no juzgada.