18 Los seguidores de Juan fueron y le contaron a él todo lo que había pasado. Entonces Juan llamó a dos de ellos y 19 los envió a preguntarle al Señor: «¿Eres el que iba a venir, o debemos esperar a alguien más?»

20 Los enviados llegaron hasta donde estaba Jesús y le dijeron:

—Juan el Bautista nos envió a preguntarte lo siguiente: “¿Eres el que iba a venir, o debemos esperar a alguien más?”

21 En ese momento Jesús sanó a mucha gente que tenía enfermedades, dolencias y espíritus malignos y les dio la vista a muchos ciegos. 22 Entonces les contestó:

—Vayan y cuéntenle a Juan lo que han visto y escuchado. Los ciegos ven, los cojos caminan, los leprosos son sanados, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia la buena noticia. Lucas 7:18-22

Ten misericordia de mí, Señor, porque estoy angustiado. Las lágrimas me nublan la vista; mi cuerpo y mi alma se marchitan. Salmos 31:9

3 cosas que tenemosque cuidar en tiempos de lágrimas

1. DIOS NO ESTÁ CONTIGO, ESTÁS SOLO

2. NO HAY UN FINAL PARA TU PRUEBA

3. NO CUENTAS CON OTROS

Lecciones importantes de este encuentro de Jesús con la multitud:

1. El precio de nuestros pecados le costó la carne y la sangre a nuestro Señor. El problema es que muchos no entiende o se hacen los tontos.

2. La gente cuando no entiende las cosas de Dios, retrocede.

Hay muchas personas que hacen lo mismo, ellos comenzaron a dar pasos atrás. “no lo entiendo y como no lo entiendo no lo puedo aceptar”

Así fue con el Señor, mil, 5mil, alejándose, regresando a sus casa, los discípulos ven que solo quedan 100, 70, 50, imagínese los discípulos: “todo iba bien, porque tenía que decir eso, ahora que va a pasar. Ellos estaban asustados, se venían tiempos difíciles.

3. La gente que retrocede piensa que está mejor sin Cristo.

Esto es lo que pasa con muchos, como no entienden la Palabra de Dios y piensan que son enseñanzas muy difíciles, retroceden. Y Satanás les hace creer que están mejor sin Cristo. La comodidad, él status, la fama, una relación que no los edifica, los hace sentirse mejores, mas cómodos, felices, por lo menos temporalmente, por eso no obedecen.