En los sistemas de distribución se maneja la demanda eléctrica como una potencia que definirá el valor de potencia eléctrica que la empresa distribuidora entregará al abonado o usuario del sistema de distribución.

La demanda eléctrica es la potencia promedio dentro de un intervalo de estudio que puede ser de 15, 30 o 60 minutos, la duración del mismo está ligado a saber si se quiere facturar el servicio [15 min] o si se reevaluará perfiles de carga para el sistema en sus primarios o troncales [60 min].

La demanda eléctrica también define el tamaño de los conductores de acometida al abonado, las protecciones y el contador de energía a instalarse. Si se trata de usuarios residenciales, lo más común es contador digital, el clásico electromecánico o híbridos (registro mecánico) y display digital, en todo caso con medición directa del consumo de energía eléctrica sin demanda.

Para usuarios comerciales e inductriales, la demanda establece el tipo de medición, directa, semidirecta e indirecta donde se registrará el consumo de energía y la demanda. También se definen en el caso de la distribuidora local [Quito] la tarifa por horario de consumo con lo cual se establece consumo y demanda en tres horarios (A 07:00 a 19:00 H, B 19:00 - 22:00 H y horario C - 22:00 - 07:00 H)).

El cálculo de la demanda en función de datos previos y el periodo de estudio de 15 minutos de este episodio, da información para repotenciar o cambio de medición y/o tarifa de un usuario que ya dispone de servicio eléctrico. La demanda eléctrica para nuevos servicios residenciales se define actualmente bajo normativa de la distribuidora local, y para usuarios comerciales e industriales se establecen estrategias de pesos de cargas de los artefactos, simultaneidad de funcionamiento y factor de uso, esto se verá en otro episodio ulterior.

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