Reflexión Jorge Gutiérrez García / Tema: “Preparar el alma… para que Dios tenga por fin un lugar”

1. Dos citas bíblicas con reflexión

Lucas 3,4:
“Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos.” Juan el Bautista no pide adornos. Pide preparación interior. Un corazón sin rencor, sin prisas y sin ruido. Preparar el alma es allanar lo torcido. Es dejar que Yahvé encuentre un lugar donde pueda descansar.

Apocalipsis 3,20:
“Estoy a la puerta y llamo.” Cristo no fuerza la entrada. Respeta. Espera. Llama con paciencia divina. Esta frase revela algo profundo. Dios quiere un lugar en nuestra vida. Pero necesita espacio. Necesita una puerta abierta. Necesita una respuesta libre.

2. Texto de un Papa

El 29 de noviembre de 2020, en el Ángelus, el Papa Francisco dijo que “Adviento es un tiempo para despertar el alma y reconocer la visita de Dios en lo cotidiano” (Vatican News). Su mensaje subraya la importancia de una vigilancia amorosa. No es miedo. Es atención. Es afinar el oído interior para no perder de vista al que viene.

3. Encíclicas

Deus Caritas Est, 1:
“El encuentro con Cristo da una nueva orientación a la vida.” Preparar el alma significa dejar que Cristo reoriente nuestra historia. Como quien acomoda su casa antes de recibir una visita amada.

Redemptoris Missio, 46:
“La fe se alimenta en el silencio que escucha.” El Adviento pide ese silencio. No vacío. Sino fértil. Silencio donde nace la Palabra. Silencio donde Dios encuentra su lugar.

4. Catecismo

CIC 524: “La liturgia del Adviento hace presente la espera del Mesías.” El Catecismo recuerda que esta preparación no es recuerdo. Es actualidad. Es una espera viva. Yahvé viene hoy. Viene a esta vida. Viene a este corazón. Y espera que lo recibamos con ternura y verdad.

5. Frases de santos

San Agustín: “Tu corazón es casa de Dios. Límpiala con amor.”
Santa Teresa de Jesús: “Solo el alma silenciosa oye a Dios.”
San Juan Pablo II: “Abran de par en par las puertas a Cristo.” ✨

Conclusión: Preparar el alma no es complicarse. Es abrir espacio. Es dejar de resistirse. Es permitir que la luz entre. Cuando Cristo encuentra un lugar, la vida cambia.

6. Dos filósofos católicos

Edith Stein
enseñó que el alma humana es un espacio profundo donde la verdad busca reposo. Para ella, la apertura interior es condición para encontrar a Dios. Preparar el alma es disponerse a la verdad que transforma.

Josef Pieper
afirmó que la esperanza cristiana se gesta cuando el corazón se vuelve receptivo. Adviento es este ejercicio espiritual: recibir, esperar, confiar.

7. Tres acciones prácticas

Dedica un minuto cada mañana a decir: “Señor, aquí tienes un lugar.”
Elige un rincón de tu casa para orar en silencio, aunque sean dos minutos.
Pide perdón a alguien y libera espacio interior para la paz.

8. Ejemplo cotidiano,

Imagínate recibir una visita importante. Ordenas tu casa. Limpias la mesa. Preparas un asiento. No por obligación. Por cariño. Así pasa con Dios. Si no hay orden interior, su presencia se siente lejana. Pero cuando el alma se acomoda, todo cambia.

testimonio

Luis, un joven músico, decidió apagar su celular diez minutos antes de dormir durante Adviento. Contó que esos minutos trajeron paz y claridad. Dijo que sintió que, por primera vez, Dios tenía un pequeño espacio para hablarle.

Pregunta:

¿Qué lugar real le abrirás esta semana al Dios que viene?

9. Oración final

Maestro Jesús, abre mis oídos y mi corazón. Ordena mi interior. Hazme sensible a tu presencia. Que mi alma sea un lugar para tu luz. Ven y transforma mis pensamientos. Ven y habita en mí. Amén.

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