Desde la Fundación Antonio López, en la Plazuela de la Cárcel de Sigüenza, charlamos con dos personas cuyas historias son polos opuestos, pero que hoy comparten la misma ciudad : nuestra querida Sigüenza.
Por un lado, Mussa, un joven guineano que se enfrentó a un viaje de más de 4.000 km por tierra y 35 horas en alta mar antes de llegar a nuestra Ciudad del Doncel, donde ya lleva viviendo 5 años.
Y por el otro, Paolo, un vibrante italiano de Catania que cambió su residencia de Milán por Sigüenza. Publicista, creativo y una auténtica caja de sorpresas, decidió venirse a vivir aquí con Jesús, su pareja, hace muy pocos meses.
Dos realidades bien diferentes: una ,marcada por la urgencia de la vida. La otra, por una elección vital. Dos historias que, en Sigüenza, convergen para contarnos qué significa realmente encontrar un hogar.
Escuchémoslos. Aprendamos.