Texto Base: Jueces 2:1-3 NTV

El ángel del Señor subió de Gilgal a Boquim y dijo a los israelitas: «Yo los saqué de Egipto y los traje a esta tierra que juré dar a sus antepasados, y dije que nunca rompería mi pacto con ustedes. Por su parte, ustedes no debían hacer ningún pacto con los habitantes de esta tierra, sino destruir sus altares. Pero desobedecieron mi mandato. ¿Por qué lo hicieron? Ahora declaro que ya no expulsaré a los pueblos que viven en la tierra de ustedes. Ellos les serán espinas clavadas en el costado, y sus dioses serán una tentación constante para ustedes» (Jueces 2:1-3 NTV)

"También existen bendiciones que son impedidas por causa de nuestros pecados. Cuando pecamos, limitamos que otros sean bendecidos, atrasamos la respuesta positiva del Señor a nuestras oraciones".

Víctor Ñancucheo

Devocional

Texto Base

Luego los hombres de Efraín movilizaron a un ejército y cruzaron el río Jordán hasta Zafón. Entonces enviaron el siguiente mensaje a Jefté:—¿Por qué no nos llamaste para que te ayudáramos a luchar contra los amonitas? ¡Quemaremos tu casa contigo adentro! Jefté respondió —¡Yo los convoqué cuando comenzó el conflicto, pero ustedes se negaron a venir! No quisieron ayudarnos a luchar contra Amón. De modo que, al ver que no vendrían, arriesgué mi vida y salí a combatir sin ustedes, y el Señor me dio la victoria sobre los amonitas. Así que, ¿por qué vienen ahora a pelear conmigo? (Jueces 12:1-2 NTV)

1. No somos bendecidos ni dejamos que el Señor bendiga al otro con nuestros conflictos y quejas. ¿Esta es nuestra situación?

2. No hagamos caso a quejas de aquellos que no aportan a la obra de Dios si nosotros arriesgamos la vida por el evangelio.

3. ¿Consideramos lo que tiene que soportar el pastor de nuestra congregación local? No critiquemos maliciosamente la edificación de los que realmente aportan.

4. El evangelio ni la salvación de los hermanos dependen de si nos invitan o no. La gloria es para el Señor, no por si no nos invitan a raíz de nuestra indiferencia.

5. Sigue adelante, hermano, con su grandiosa edificación, pero si eres de los que se quejan por todo, recibe esta palabra: que Dios lo quiere seguir cambiando. Dios es bueno.

Víctor Ñancucheo

Bienvenidos a Estudiando Su Escritura

Somos nacidos de Dios, tenemos nueva identidad en Cristo, una mente renovada. Pero también tenemos el poder de Dios a nuestra disposición: "Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra" (Hechos 1:8).

«Dios también nos reivindica por medio de nacer de nuevo, y esto se traduce en cultivar una sana autoestima o una humanidad redimida con los deseos del Espíritu»

Por Víctor Ñancucheo

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