La sumisión comienza con Dios. Someterse a Dios es el principio para poder aprender a someterse a cualquier otra autoridad. Como todo gigante, es necesario ejercitarnos en la sumisión para poder hacer frente a esta lucha. Sin embargo, es crucial recordar que en cada batalla, la única manera de ganar es de la mano de Jesús pues es él quien nos da la victoria.

La lengua es un miembro de nuestro cuerpo que puede ser usado para bendecir o maldecir. En este episodio podrás aprender con versículos y ejemplos prácticos cómo podemos hacer buen uso de la lengua a donde quiera que vayamos y además cómo ayudar a otros a también usar su lengua para edificación.

La Biblia enseña que nuestra mente debe glorificar a Dios con cada pensamiento. Esto es una lucha diaria y constante que todas pasamos y no resulta fácil. Sin embargo, podemos vivir nuestra vida cristiana decidiendo que nuestros pensamientos que no agradan a Dios sean llevados cautivos a la obediencia de Cristo y enfrentar con la armadura de Dios todas las fuentes de malos pensamientos que bombardean nuestra mente y darle gloria a Dios por cada pensamiento.

En este episodio explicaremos 5 pasos para poder enseñar obediencia y consecuencia de la desobediencia a nuestros hijos. La disciplina es parte del crecimiento de nuestros hijos y es sumamente importante criarlos aprendiendo a escuchar tu voz de autoridad con la actitud correcta.

Es importante que nuestros hijos desde sus primeros años tengan claridad de las reglas por las cuales se rige su familia. Estas deben descansar sobre una base Bíblica y deben lograr que el corazón de nuestro hijo o hija siempre esté tierno a escuchar y obedecer, pero también a aprender las consecuencias de la desobediencia y la responsabilidad de sus padres de corregirlo cuando eso suceda. Oremos a Dios por sabiduría en poder aplicar la Palabra de Dios para siempre criar en obediencia al Señor a nuestros hijos.

Perdonar es una elección que uno hace frente a la infidelidad. En el proceso, es importante sostenerse de Dios. Lamentarse es parte de este proceso y es mirar a Cristo y recordar su amor por mí, que mi pecado es tan grave como cualquier otro pecado que cometen contra mí. Cuando Jesús dijo que uno perdone hasta 70 veces 7, se refería a perdonar hasta que la herida sane.