Juan concentra este pasaje en explicar lo que la obra de Cristo ha hecho en nuestras vidas. Es por Cristo, quien venció al demonio, la muerte y el pecado, que nosotros hemos vencido al mundo. Nuestra vida va mas allá de esta. Si le creemos a Dios y el testimonio del Espíritu Santo, es entonces que somos salvos. Si le creemos a Dios, haremos sus mandamientos, por que le amamos. Si negamos la identidad de Cristo, le decimos a Dios que es mentiroso. Si le hemos creído a Dios, amamos a Dios y a nuestros hermanos en Cristo. Si no amamos a nuestros hermanos en Cristo, no podemos amar a Dios.

Si los hermanos pecamos pero no debemos de dejarnos atar por el pecado, sino vencer el pecado a través de la acción del Espíritu Divino en nuestras vidas. Debemos de orar por nuestros hermanos para que si están atados por el pecado, estos puedan salir de ese pecado.

Al leer los versículos de la primera carta de Juan capitulo 4, podemos observar un grave problema. Hay un problema teológico en el cual algunas personas que parecían cristianos, han inundado la iglesia con pensamientos que nos están en la teología cristiana. Esta acción ha llegado a un nivel que los que provocan este pensamiento han llegado al nivel de atacar física mentalmente a los hermanos. La confrontación es clara. Juan les dice, Cristo es Dios, El es el Salvador, es el Hijo de Dios. A la ves, si una persona se llama a si mismo cristiana, esta debe mostrar la identidad clara de Dios, el amor. Si nosotros decimos que amamos a Dios, debemos de amar a nuestro hermano.

Dios es amor. El amor es la base principal en la que la creación fue formada. Después de la elección del hombre en convertirse a si mismo en un mini dios y reemplazar a Dios, Dios estableció un plan para su rescate. Cristo es la respuesta mas importante a lo que representa el amor de Dios.

Juan, en el capitulo 3, nos llama, a todos los cristianos, en seguir el principio básico del amor. Ese amor nos ha dado tanto, nos ha hecho hijos de Dios, nos ha dado la promesa del Santo Espíritu Divino, nos ha dado la vida eterna. Esa esperanza nos transforma, nos lleva a ser justos, a entender que todo lo de esta tierra es pasajero y mientras pasamos por esta tierra, Dios nos llama a ser justos, que tengamos amor por los hermanos, que tengamos amor por la justicia en el mundo. Quienes somos es determinado por el amor que hay en nuestra vida, el amor por las cosas de este mundo o el amor hacia la eternidad con Dios.