¿Qué es la guerra híbrida?
La guerra híbrida mezcla tácticas militares convencionales con métodos no convencionales, como ciberataques, desinformación, propaganda y el uso de actores no estatales, como carteles de narcotráfico. Su objetivo: desestabilizar gobiernos y sociedades sin guerras abiertas.
- El narcotráfico como arma de guerra híbrida
El narcotráfico va más allá del crimen: es una herramienta estratégica para debilitar instituciones, corromper gobiernos y generar caos social.
Los carteles aprovechan la globalización y tecnologías avanzadas para operar en redes internacionales, convirtiéndose en piezas clave en conflictos híbridos.
México es un epicentro de la guerra híbrida vinculada al narcotráfico. Los carteles, como el de Sinaloa o el CJNG, no solo controlan rutas de droga, sino que también desafían al Estado con violencia extrema, corrupción y control territorial.
Su influencia se extiende a la política y la sociedad, usando tácticas como la propaganda en redes sociales para intimidar o ganar apoyo.
Costa Rica, a pesar de su estabilidad histórica, enfrenta crecientes desafíos por su posición en las rutas del narcotráfico hacia el norte.
La infiltración de redes criminales ha aumentado la corrupción y la violencia en ciertas zonas, desafiando la imagen de paz del país.
La combinación de narcotráfico y guerra híbrida erosiona la seguridad ciudadana, fomenta la corrupción y debilita la confianza en las instituciones.
Las redes sociales amplifican el problema al difundir narrativas que manipulan o romantizan el crimen.
- Casos globales y soluciones
Además de México y Costa Rica, países como Colombia muestran cómo el narcotráfico financia grupos insurgentes o presiona gobiernos, buscando poder político además de lucro.
Soluciones incluyen cooperación internacional, fortalecer instituciones, desmantelar redes financieras y educar a la ciudadanía para contrarrestar la desinformación.