En este episodio final de temporada, Ana Laura, Maruxa, Regina y Paulina exploran el arte de soltar y liberarnos de las ataduras clandestinas. Aunque "soltar" parece una frase sencilla, el proceso es mucho más complejo. El diablo se esconde en los detalles, y la resiliencia también tiene su lado oscuro. Las mujeres reflexionan sobre el impacto de la envidia y cómo aceptamos lo que aspiramos, pero no siempre vemos como posible.

Abordan el dolor de la pérdida de un hijo y cómo surge una necesidad de que la vida recompense ese vacío. Aprender a decretar y crear narrativas para contarse a una misma la historia deseada se convierte en un acto poderoso. Cada mujer es la madre correcta para sus hijos, y al aceptar esto, la envidia se disuelve.

Este episodio cierra la temporada con una madurez efectiva y una reflexión sobre cómo el caos, representado como un vórtice, absorbe todo a su paso. Sin embargo, con fuerza y resiliencia, se pueden convertir pequeños pasos en grandes avances.

"Que arda la ciudad a mis pies," es el grito de cierre de una temporada marcada por la liberación y el crecimiento personal.

En este revelador episodio de Clandestino, Ana Laura, Maruxa, Regina y Paulina se sumergen en la aceptación de nuestras imperfecciones y la lucha constante con el estado de no estar bien. A través de una conversación honesta, exploran cómo nuestras experiencias más dolorosas afectan la piel, no solo como órgano, sino como un reflejo de nuestro estado emocional.

El episodio pone de manifiesto que lloramos no solo por lo que sentimos en el momento, sino por todo lo que hemos reprimido. Las cuatro mujeres discuten la relación entre la autosuficiencia, la dependencia y el gran desafío que representa no saber pedir y recibir ayuda. Este diálogo nos invita a reflexionar sobre la importancia de abrazar nuestra vulnerabilidad y reconocer que está bien no estar bien.

Una exploración profunda de la conexión entre nuestras emociones y nuestro cuerpo, donde la oscuridad se convierte en un espacio de sanación y aceptación.

En este profundo episodio de Clandestino, Ana Laura, Maruxa, Regina y Paulina analizan los vestigios emocionales del duelo que permanecen ocultos en la clandestinidad. El duelo no es algo que desaparezca; se adhiere a nuestra vida como una sombra, recordándonos a quienes ya no están y, de alguna manera, honrando su memoria.

A través de un relato sincero, las cuatro mujeres comparten cómo el caos emocional que han vivido se ha convertido en una bendición escondida, explorando la frase: "Si mi yo de hoy, le hubiera dicho a mi yo de antes". Este episodio nos lleva a reflexionar sobre cómo cada duelo tiene su propia huella digital y cómo muchas veces es más fácil desconectarse de las emociones para evitar el dolor.

Una crónica de una muerte anunciada, donde la sombra del duelo se convierte en parte de quienes lo viven y deja marcas que no se pueden borra