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Apocalipsy - Capítulo 46 (Segunda Parte)

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Apocalipsy

Subtema: Descripción de la Santa Ciudad Jerusalem

Capítulo 46

Rev. José Oscar Candelario Ayala

Templo del Tabernáculo del Testimonio

Domingo, 31 de enero de 1999

Apocalipsy 21:10-27:

10 Y llevóme en Espíritu á un grande y alto monte, y me mostró la grande ciudad santa de Jerusalem, que descendía del cielo de Dios,

11 Teniendo la claridad de Dios: y su luz era semejante á una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, resplandeciente como cristal.

12Y tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres escritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel.

13Al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al mediodía tres puertas; al poniente tres puertas.

14Y el muro de la ciudad tenía doce fundamentos, y en ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.

15Y el que hablaba conmigo, tenía una medida de una caña de oro para medir la ciudad, y sus puertas, y su muro.

16Y la ciudad está situada y puesta en cuadro, y su largura es tanta como su anchura: y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios: la largura y la altura y la anchura de ella son iguales.

17Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es del ángel.

18Y el material de su muro era de jaspe: mas la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio.

19Y los fundamentos del muro de la ciudad estaban adornados de toda piedra preciosa. El primer fundamento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, calcedonia; el cuarto, esmeralda;

20El quinto, sardónica; el sexto, sardio; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el nono, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista.

21Y las doce puertas eran doce perlas, en cada una, una; cada puerta era de una perla. Y la plaza de la ciudad era de oro puro como vidrio trasparente.

22Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.

23Y la ciudad no tenía necesidad de sol, ni de luna, para que resplandezcan en ella: porque la claridad de Dios la iluminó, y el Cordero era su lumbrera.

24Y las naciones que hubieren sido salvas andarán en la lumbre de ella: y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor á ella.

25Y sus puertas nunca serán cerradas de día, porque allí no habrá noche.

26Y llevarán la gloria y la honra de las naciones á ella.

27 No entrará en ella ninguna cosa sucia, ó que hace abominación y mentira; sino solamente los que están escritos en el libro de la vida del Cordero.

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